PATRIMONIO ALIMENTARIO DE CHILE

39 Productos y preparaciones de la Región del Libertador General Bernardo O’Higgins “Como consecuencia de este proceso, la propiedad agrícola aumentó de valor y se consolidó la gran propiedad individual, organizada en haciendas, que producían tanto para la exportación como para el mercado interno y autoconsumo, combinando el cultivo de cereales, viñas, frutales, hortalizas, bosques, alfalfa, ganado y lechería” (Correa Sutil, 2003). Entre los siglos XIX y XX, la producción no tuvo un cambio brusco en la actual Región de O’Higgins; al contrario, existió una continuidad, principalmente en el cultivo del trigo, la cebada, el maíz, diversas frutas y vides para elaborar el vino. Según la Oficina Nacional de Estadísticas, la concentración de tierras fue en aumento, pero no necesariamente esto se reflejó en el incremento de la producción. Así comenzaría a incubarse una crisis que obligaría a la intervención estatal y el control de precios. EL CONVULSIONADO SIGLO XX Los estudios de Roberto Santana han planteado que la crisis agrícola chilena en el siglo XX fue producto del descenso de rendimiento de los cultivos, teniendo que importar trigo desde Argentina desde la década de 1930 y controlar los precios a partir de 1932 (Santana, 2006). Entre 1936 y 1965, la agricultura creció a tasa baja, inferior al aumento de la población. En 1965, la agricultura llegó solo a un 3% de las exportaciones, teniendo problemas de adopción y generación de tecnología: “Había conocimiento de sobra para dar un salto tecnológico en la agricultura chilena, y de hecho, cuando se destrabó el problema estructural, se produjo la rápida y sostenida expansión de la producción agrícola, más allá de los vaivenes políticos y de mercado. Pero antes de la Reforma Agraria, una mayoría de predios era refractaria al cambio tecnológico” (Gligo, 2021, 30). Con la Reforma Agraria entre 1965-1973, la estructura agrícola tuvo profundas transformaciones. En el caso de las provincias de Colchagua y Cachapoal, alrededor de 207 haciendas improductivas o subutilizadas fueron inmediatamente expropiadas. SegúnOctavio Avendaño, la reforma se produjo de manera efectiva, pero vertiginosamente. Entre 1965 y 1973 fueron expropiados unos 695 predios, correspondientes a un total de 691.283 hectáreas (Avendaño, 2021, 199). Así lo recuerda Luis Pino del fundo Los Maquis: “Nosotros fuimos dirigentes cuando fue la reforma agraria. En ese tiempo, nosotros quedamos con el asentamiento; yo estuve en las mismas viñas que trabajábamos del fundo. Había más de 25 personas con sus familias, y funcionaba bien. Teníamos nuestro pedazo de tierra, había que sembrar y hacerlo producir, y con lo mismo nos hacíamos el sueldo; tuvimos unos cuantos años que vendíamos vino a las bodegas de Santiago. Nosotros pedíamos plata al INDAP para hacer los trabajos de la viña, y cuando se vendía el vino se rendía cuentas y le pasábamos lo que nos prestaba; nosotros no tuvimos deudas con ellos. Nosotros mismos compramos maquinarias, un tractor y coloso” (Gaete, 2016, 75). Los únicos predios que no sufrieron modificaciones fueron las viñas, tanto en el gobierno de Frei Montalva comoen laadministracióndeSalvadorAllende (Tinsman, 2016, 87-88). Aunque fue un proceso inconcluso a partir Archivo Enterreno Chile Vendedoras de palomitas en la estación de trenes de Pichilemu en 1951.

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