PATRIMONIO ALIMENTARIO DE CHILE

61 Productos y preparaciones de la Región del Libertador General Bernardo O’Higgins O’Higgins es la despensa agrícola chilena por excelencia. Se trata de un paisaje dominado por todo tipo de cultivos—industriales, de pequeña escala y tambiénde subsistencia familiar—repartidos prácticamente por toda la región. Sobre aquello existe una historia extensa que data de tiempos prehispánicos, cuando los promaucaes, mediante notables canalizaciones, consiguieron cultivar en abundancia el maíz, la quinua, los porotos, entre otros productos, extendiendo aquella tradición hasta nuestros días. Desde luego, los ríos Cachapoal, Claro, Tinguiririca y su curso inferior, y el río Rapel permitieron irrigar generosa abundancia; aunque también se sumó una variante cerealera, desarrollada durante el siglo XIX. Allí, en los secanos costeros e interiores, fue posible una vida alimentaria en torno al trigo, algo denotado hasta hoy por una serie de platos que recuerdan esos años: desde el mote a la harina tostada; del ulpo a la galleta de fundo. Aquellos momentos también fueron de legumbres; de garbanzos, chícharos, sumados a otros tantos productos singulares como el maní, arraigado en Cantarrana o Corcolén, en la zona de Malloa. Ciertamente, una tierra bien regada ofrece una diversidad amplísima. Árboles frutales, tomates, duraznos, sandías y melones forman parte de un código de vida en ciudades como Rengo o Malloa. Las plantaciones de ajos, cebollas, papas, repartidas por San Vicente de Tagua Tagua, Graneros, El Olivar, o bien hacia el secano de Marchigüe y Pumanque, se reparten cultivos donde en tiempos recientes los frutos secos han cobrado importancia. EnO’Higgins la uva es clave, ya sea demesa o la vid de vino. Por un lado, parras encabezadas o emparronadas de uvas patrimoniales, como la país, destinadas a la chicha, o el tempranero chacolí campesino; por otro lado, un desarrollo vitivinícola impulsado desde el siglo XIX —con la viña más antigua vigente en Chile hoy— y basado en cepas de origen francés de preferencia. Durante todos estos años, el vino ha conseguido respeto internacional por su calidad, acerando a su vez una cultura campesina, tradicionalista, donde el apego al terruño y a los frutos que entregan es una de sus principales características.

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